Versiones...
Me encuentro atascado por el "blues", como Bob Dylan, en un grupo al que no sé cómo llegué si no fuera por la insistencia tenaz de mi amigo Jay. Pero, al margen de encontrarme con una mezcla sin sentido de estilos (Amaral o La Oreja de Van Gogh junto con Cranberries o Avril Lavigne, sobra decir que, con respeto, no me gustan) las versiones las quieren iguales y estoy harto de la imitación. No harto, aburrido.
Me encanta Ringo por una cosa: cuando lo escucho, estoy seguro de que si hubiera hecho una toma más, el relleno aquel o la cadencia o lo que sea, la habría hecho distinta, libre, sin atarse. Y esto lo comprobé por sus propias palabras en el documental de Classic Albums del primer disco de la Plastic Ono Band de John Lennon. Por ejemplo, cuando eran músicos de sesión para Tony Sheridan en Hamburgo los Beatles, sin Ringo todavía, ya lo hacían todo diferente, original.
O esta Doris Troy, protegida de McCartney en Apple, que hace esta gran versión de Get Back. ¿Cuesta tanto hacer las cosas distintas o yo soy poco ortodoxo? Hagamos algo al respecto, Mr. Prada.
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