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john&paul&george&ringo

Una propuesta de conteo del tiempo en el compás

Un, dos,

Contar dinero no es lo mismo que contar una historia aunque, contando una historia, se puede ganar o perder mucho dinero. Contar podemos contar muchas cosas. Un chiste, una anécdota, una experiencia, todo y nada, aburriendo o entreteniendo, despistando o atrayendo.

tres, cuatro,

Pero solo contamos dinero hoy en día (algún cínico/irónico/ácido/sarcástico me dirá que siempre hemos contado dinero pero, genial, nos hemos convertido solo en eso, enhorabuena). Abres un periódico, enciendes la tele, pones el oído en la calle, te sorprendes a ti mismo hablando, y lo único que se escucha es el rumor de cifras, de conteos, de pérdidas o ganancias, de cuentas, de recortes de las cuentas o de conteos de los recortados, de hecho ni yo mismo sé lo que estoy contando, ahora mismo, en esto que os cuento.

cinco, seis

En fin, al fin y al cabo, los que me conocéis sabéis que a mí lo que me gusta, por lo que siento pasión y por lo que soy capaz de admirar, emocionarme y hacer emocionar a otros es por contar los tiempos del compás. Existen pocas cosas que te llegan dentro: la mirada alegre y serena de tu mujer, que espera nuestra llegada inmensamente ilusionada de una hija, los paseos por el mar... Pero a todo ello hay que ponerle un ritmo, un conteo, un compás, y eso que ir a compás es difícil en la vida. Pero contar los tiempos sin prestar atención, a modo de poso que va destilando, es algo recomendable entre tanto cuento y tanta historia, entre tanto cuentista aprovechado que no debe contar nada entre nuestros cuentos. Ya nos cuentan las cuentas los que cuentan demasiado. Ahora nos toca a nosotros contar lo que no cuentan entre los cuentos que ya no quieren ser contados.

siete, ocho

En el  vídeo, londinenses contando lo que, entre otras muchas cosas silenciadas y no contadas, merece la pena ser contado. Es The Augurs of Spring de Stravinsky.

 

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