Wheels Of Fire de Cream
Volvemos a Eric Clapton para repasar en la sección de Clásicos esta obra maestra de Cream, el primer supergrupo de la historia del rock, con Jack Bruce al bajo y Ginger Baker a la batería.
A veces hay discos como este, con una cantidad de matices para ser escuchado treinta años más tarde y seguir descubriendo y admirando cosas. Lo primero, y con permiso de Jimi Hendrix, los solos de Eric Clapton en este disco son... Bueno, indefinible. Ha resultado muy interesante verlo treinta y tantos años después en la reunión del Royal Albert Hall del año pasado, cuando tocó junto a Bruce y Baker con un sonido Fender limpio frente a aquel sonido sucio y distorsionado de su época Gibson. Un maestro con una irrepetible manera de acompañar y de ser protagonista.
Sus compañeros no los vamos a descubrir ahora tampoco. Ginger Baker y Jack Bruce formaban una sección rítmica comparable a la de John Paul Jones y John Bonham en Led Zeppelin. En la reunión del año pasado, Bruce conservaba su característica voz y su forma de tocar el bajo, por ejemplo en mi canción preferida de Cream, Politician. Ginger Baker estaba más calmado en la reunión, con un enfoque más jazzístico y orientado a los ritmos africanos, un interés que ya le llevó a vivir en Nigeria y colaborar con Fela Ransome Kuti a mediados de los setenta.
Pero este disco es otra historia. La tradición británica suele recoger en décadas posteriores lo que se hacía antes y grupos como Oasis, a mediados de los noventa, son un ejemplo. Sus canciones venían de The Beatles, de T-Rex (sobre todo esa maravilla que es Definitely Maybe), y de tantos y tantos otros que les habían precedido. Pero cuando me pregunto quién hace hoy día las mezclas (psicodelia, rock, blues, jazz, África) que grupos como Cream o Traffic hacían me quedo sin nombres. Y sobre todo, sin público. Grupos puros, demasiado puros para ser Cream.
Un disco que, obviamente, debe estar en la lista de los grandes clásicos del rock, aunque no sea exactamente rock lo que hacían.
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