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Discos Perdidos: Harry Belafonte Sings the Saeta

Discos Perdidos: Harry Belafonte Sings the Saeta

El caso es que la nueva sección de JohnPaulGeorgeRingo tiene por protagonistas discos perdidos, rarezas que nadie salvo algún avispado de mercadillo puede encontrar. El primer ejemplo es este Harry Belafonte Sings the Saeta que adorna la pared de una de mis habitaciones. Se trata de un disco visceral, lleno de la magia misteriosa y casi de vudú que emanaba el gran Harry Belafonte. Editado tras la negativa del Copacabana a Belafonte por su color de piel (luego, años más tarde, él encabezaría el cartel del mismo Copacabana. Harry era un tipo duro) Belafonte Sings the Saeta es de los discos  más inusuales de su carrera. Se suceden temas cantados con la cadencia del martinete, con quiebros flamencos que uno jamás pensaría. Impregna a la saeta de aires musulmanes, la lleva al norte de áfrica, la trae desde Granada hasta Cádiz.

Trasciende la Semana Santa, la religión, el culto. Belafonte se convierte en un vudú que canta saetas desde un balcón a santos que comienzan a tenerle miedo al que canta. Y ciertamente es escalofriante escucharle cantar una saeta con quejío mientras suenan los tambores lejanos, más cercanos a los tambores de guerra del general Custer que a las bandas de cornetas y tambores. La National Percusion Center Band aporta al disco un aire lejano, cadencioso, cajas tocadas en los bordes, complejos ritmos que enlazan la tradición de Haití con la tradición andaluza del cante jondo. Ritmos Mozambiques, incluso una aportación rítmica a lo Bo Diddley en medio de una saeta de Sábado Santo. 

Belafonte aporta una visión distinta a la oración cantada: parece estar cantando saetas desde un campo de algodón. Y lo hace con la convicción de un convicto, quizá encaramado a un tren de carga que lo deje muy lejos, donde pueda cantar tranquilo las saetas provenientes de España.

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