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Not Even a Note de Harry Manning y los Four Tulipas

Not Even a Note de Harry Manning y los Four Tulipas

Cuando Harry Manning entró en el estudio 2 de Abbey Road cerró los ojos y comenzó a fumar marihuana. Se hizo tres porrros así, sentado al piano, recién llegado, los ojos cerrados y las manos suaves, delicadas, alisando sigilosas un merecido papel de fumar. Harry Manning era una estrella. Cuando Bob Dylan lo conoció le pidió un cigarro. Se decía que si Dylan te pedía un cigarro en lugar de un papel de fumar eso quería decir que te tenía respeto. Absurdas teorías del rock aparte, Harry Manning tenía momentos increíbles. Como cuando entró en el estudio 3 de Wilkinson Avenue y besó a la mujer de su jefe en lo alto del piano de cola. Fue despedido de la sesión pero acabó casándose con ella y componiendo su primer número uno, Married and Fired. Manning tenía vértigo pero a veces parecía venir de las alturas...

Aquel día de verano, Manning y su banda, los Four Tulipas, descansaron en un bar de putas. No descansaron quiero decir. Manning avisó al productor, Ricky Romino,  y grabó la primera toma. Take 1. Horrible. Romino era un tipo desagradable, susceptible hasta la saciedad. Además, Manning advertía que un tipo cuyo nombre rimaba con pepino no podía ser tomado demasiado en serio. Y no lo fue, efectivamente. Grabaron la segunda toma y entonces Romino... Romino fue a por el pepino y no volvió, en palabras del propio Manning. Para la tercera toma el nuevo productor, un pequeño genio que pasaba por el pasillo, pidió a Manning que gritara más alto, como un gorila. El resultado, la peor interpretación vocal de la historia. Con la banda de vuelta al bar de putas y la cabeza de Manning a punto de estallar, el manager decidió dejarlo en manos del productor y se fueron a casa. El productor, él solito, sacó el disco al mes siguiente. Lo enseñó al grupo y les pareció bien. No habían tocado ni una puta nota pero ya estaban  preparados para la gira.

En España el disco, incomprensiblemente, se llamó Días de Blues.

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